lunes, 7 de diciembre de 2015

¿El ferromodelismo tiene un pie en la tumba?

Ya sé que el título es muy amarillista, y los que somos ferromodelista sabemos que no es así, o bueno, es lo que yo creo: está más vigente que nunca.

Pero en un par de revistas he leído artículos parecidos a esta entrada, en donde se preocupan por que el hobby se está "haciendo gris"; ejemplo, en las reuniones, normalmente los ferromodelistas que están exhibiendo sus modelos o maquetas, están más o menos de los 40 años para arriba, y una de las preguntas que a veces se hacen es, ¿ por qué no hay chavos veinteañeros, adolescentes, donde está la sangre nueva? ¿El hobby está envejeciendo y cuando todos los "viejitos" se vayan, la afición se va con ellos?



Para nada. Es cierto que esta afición no llama a la chaviza, al menos no de una manera en que estén en activo y participando y entrándole duro un buen porcentaje de jóvenes, pero, ¿por qué?

Vamos a poner un escenario: muchos de nosotros comenzamos con el gusanito del ferromodelismo el día en que, de niños, recibimos un tren de juguete, o mejor aun, un tren a escala, en mi caso, recibí una locomotora NdeM de Lily Ledy que tuvo un final desafortunado, pero eso no me quitó el gusto por los trenes a escala y el modelismo en general. Entonces, quizás durante algunos años podamos jugar y divertirnos como enanos con nuestro set inicial, pero por cuestiones motoras a esa edad, porque nos llaman la atención otras cosas y porque nuestros intereses están diversificados, no le damos todo el tiempo del mundo al ferromodelismo. 

Sí, lo ve con curiosidad, pero a lo mejor al rato se le olvida...


Quizás en la adolescencia nos da por retomar el hobby, pero igual hay cosas muy potentes que nos llaman, lo queramos o no: la escuela, los cambios propios de la adolescencia, las chicas (en mi caso, por su pollo), los intereses comunes con amigos y compañeros de la escuela, e incluso, cosas como el ferromodelismo a esa edad se consideran "ñoñadas" por cierto sector de escuincles, siendo así, pues no compartimos que nos gusta.

Vamos avanzando en la escuela, y tenemos la prioridad de sacar un bachillerato, por ejemplo. Queremos tener una maqueta y más material rodante, pero resulta que somos hijos de familia y entonces todo dependerá de si nuestros papás nos compran o nos dan la lana, y si les decimos para qué es, y los precios (pues es un hobby caro) nos lo dicen, que es mucho dinero para unos trenecitos (a menos que nuestro papá, o en caso extremadamente raro, mamá, sean ferromodelistas y nos compartan de lo suyo). Quizás tratemos de conseguir un trabajo, pero de medio tiempo para balancearlo con la escuela, pero el ingreso es muy magro y además, como estamos trabajando, no todo el dinero es para nosotros puesto que papá y mamá nos piden amablemente una justa tajada para ayudar en los gastos del hogar.

Después podría ser la prioridad el terminar una carrera: desveladas, trabajos interminables, jornadas muy pesadas, y el hobby, pues a un lado, porque no nos da tiempo. Aunque si de verdad nos interesa, nos damos escapadas y conseguimos construir un humilde módulo o circuito con lo poco que tenemos, para correr un trenecito alguna vez al mes o a la semana. Y al terminar la carrera, pues viene la búsqueda de posicionarnos en el mercado laboral y asegurarnos un porvenir, y si además buscamos formar una familia, pues ni se diga: si comienzan a llegar los hijos, son nuestra prioridad principal, entonces quizás abandonemos por completo, o dejemos en modo de espera el hobby hasta que las cosas sean propicias, o tratemos de hacer malabares con la afición, trabajo, casa, etc.

Así se ve desde el lado de los ferroaficionados: gente va y viene, pero solo se quedan unos cuantos. Hay qué aceptarlo, es un hobby un tanto excluyente, en cierto modo.


Conforme los hijos van creciendo y se van haciendo más independientes, obtienen algún trabajo, y llega el momento en que se van de la casa, nos va quedando más tiempo. Se desocupa una recámara o dos, y decimos "a huevo, ahí va a ir la maqueta", y aunque tenemos qué negociarlo con la máxima autoridad de la casa, o sea, nuestra mujer, si lo conseguimos, tenemos un espacio en donde sabemos que ya no habrá manitas traviesas que vayan a querer hacer de las suyas con nuestros preciados trenes. 

Si llega el retiro, acompañado de una pensión decente, quizás no tengamos todo el tiempo del mundo para el hobby, pero ciertamente ya está lo básico de la ecuación: tiempo y dinero. Y es entonces cuando nos metemos más de lleno, cuando empezamos a compartir más el hobby con otros como nosotros, y cuando empezamos a salir más del "clóset", a asistir a las convenciones ya no como meros espectadores sino como participantes, observando a niños y a adultos jóvenes curiosos que quizás algún día estén también totalmente involucrados en la afición ya que el nido se haya quedado vacío y no tengan la presión de trabajar (o al menos no tanto) para tener ingresos.

"Equis, somos chavos"


Así ha sido siempre, o casi siempre, aunque quizás en algunos lugares cada vez más adultos jóvenes, contra viento y marea, se acercan más al ferromodelismo, y son fieles. O sea, que el ferromodelismo no tiene un pie en la tumba, más bien está más vivo que nunca y se alimenta de la experiencia añejada por tanto tiempo, quizás de permanecer dormido, y luego, comenzar a darle duro en cuanto la situación nos lo permite.

Y tampoco hay qué olvidar que el ferromodelismo no es una afición masiva como el futbol: el futbol, si uno es fan, es una afición relativamente barata, accesible y que apela más a la "chaviza", pues se grita, se echa desmadre, se vive una gratificación instantánea, y el ferromodelismo requiere tiempo, no ofrece resultados inmediatos, necesita paciencia. En una época en la que la gente busca un placer instantáneo, un like que se da en segundos y la emoción dura un momento, el ferromodelismo no parece atraer a ese sector, porque uno puede llevarse años construyendo una maqueta, o decorando modelos (llevo más de 10 años decorando y envejeciendo, es poco mi material y aun así no he terminado). Y pienso que cuando me retire y sea viejito, voy a ponerme tardes enteras a darle al hobby, pues al fin y al cabo, ya nada me presiona, jejeje...

2 comentarios:

  1. Hola. Se sabe la cantidad de ferrmodelistas que hay en Mexico?

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  2. Hola que tal, no existe un censo o un número aproximado como tal, pero no sería mala idea sacar un número aproximado, incluso más o menos con rangos de edades. En un club en el que estaba, se hablaba de "ferromodelistas de closet", aquellos que no participan con colegas y mantienen su afición no en secreto, pero simplemente no la comparten con nadie ni tienen amigos ferromodelistas, o al menos no muchos, supongo que si se pudiera saber el número de todos ellos, se podría ver que no somos tan poquitos. Saludos.

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